“UN SÍ, POR UN ¡NO!”
- DANI TORRADO
- 10 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Hola de nuevo a tod@s y espero que estéis todos lo mejor que se pueda estar en este confinamiento.
Esta vez en esta entrada os propongo una especie de reto pero no para los más peques de la casa... más bien para vosotros y que afectará a ellos sin ninguna duda.
La idea de esta entrada os las expongo porque tal vez más que nunca, ahora tantas horas... dias... momentos... en casa, me veo más obligado que nunca a poner en marcha esta técnica que en breve os explico. Se trata de una estrategia que he aprendido y sigo practicándolo ( no os podéis imaginar las veces que lo hago con vuestros niñ@s en las clases de TAEKWONDO ) cada día.
Pues bien, en resumen, se trata de cambiar un no rotundo por un si mas condicional y ahora me extiendo un poco mas en el por qué de esta redirección.
Cuantas veces habéis entrado en batalla con vuestros niños después de un ¡NO! seguro que unas cuantas. Todos sabemos que un NO es más difícil que encajar que un SI y si le añadimos a ese NO nuestro tono áspero y de enfado estamos provocando la reactividad en el cerebro del niño ( enfado, ansiedad, lucha, etc. ) por lo contrario si lo afrontamos con un ”SI” de apoyo, activamos los circuitos de compromiso social con lo que el cerebro se vuelve receptivo a lo que esta pasando... un ejemplo es el que podéis observar en la foto de la entrada en la que también podéis ver la fuente de todo lo que os estoy proponiendo “ DISCIPLINA SIN LÁGRIMAS “ un libro de lo más entretenido y al que le sacareis muchísimo provecho si os hacéis con el.
Esto no tiene nada que ver con darles a nuestros hijos todo lo que quieran, guarda relación con acostumbrarlos en la práctica a soportar su decepción cuando las cosas le son inevitablemente desfavorables. Tenemos que darnos cuenta de que en ese momento no están satisfaciendo sus deseos y nuestra labor es acompañarlos mientras gestionan su desengaño. Esto desarrollará
más resiliencia que les ayudarán cada vez que les digan “NO“ a lo largo de sus vidas.
Como me decía mi padre “ no todo el monte es orégano “ y buen cierto es. Hay momentos que tenemos que decir no, cuidando nuestro tono de voz y la emoción desde donde lo decimos pero tendrá que ser un no rotundo “ Lo siento, no puedes meter a tu hermanita en la secadora, aunque la envuelvas con almohadas ” en estas ocasiones lo entenderán al mismo tiempo que ganaremos respeto y disciplina y sabrán que hay cosas innegociables.
Al fin y al cabo la mayoría de las cosas que nos piden las queremos también para ellos, disfrutar de un helado, de su tablet, de sus amigos, etc. Así que... os propongo cambiar esos “ no rotundos “ por un “ claro que si... pero que te parece mañana que tenemos el doble de tiempo”
OS LO ADVIERTO!,,, no es tarea fácil! Pero merece la pena intentarlo y entrenarlo. “se lo debéis“
ESPERO QUE OS SEA ÚTIL 😉
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